Polybius: ¿Leyenda o realidad?
La historia de Polybius es, sin ningún lugar a dudas, la más fascinante de cuantas ha dado el mundo de los videojuegos a lo largo de toda su historia. Fascinante por los muchos interrogantes que deja sin responder, por los increíbles rumores que durante más de dos décadas han alimentado el imaginario popular, por las maravillosas fantasías que ha generado en cientos de miles de fanáticos que han buscado una Arcade Polybius hasta debajo de las alcantarillas... en definitiva, se trata de la leyenda urbana más "transcendental" de la historia de los videojuegos... y todo motivado por una simple Coin-Op que apareció (¿y desapareció rápidamente?) en unos suburbios de Portland, de la cual sólo nos ha quedado un legado de relatos de "supuestos" jugadores que se vieron afectados por el "experimento". Sí, habéis leído bien... EXPERIMENTO, supuestamente llevado a cabo por el, cómo no, Gobierno de los Estados Unidos en plena "Guerra Fría".
El origen de la leyenda:
En el año 1981 son instaladas máquinas Arcade de Polybius (en una pequeña cantidad) en algunos salones recreativos y bares de los suburbios de Portland en el estado de Oregón (no se tiene constancia de que ninguna máquina de Polybius fuese instalada en otras ciudades). Automáticamente los rumores entre los jugadores empiezan a surgir. Los relatos de los que tuvieron la oportunidad de jugar hablaban de combinaciones de luces y gráficos estroboscópicos, con mensajes subliminales incluidos, tan alucinantes que los efectos en el subconsciente humano eran demoledores: mareos, convulsiones, vómitos, pérdidas de memoria, alucinaciones auditivas y ópticas, amnesias, ataques epiléticos y pesadillas nocturnas.
Al principio la máquina generaba una adicción inusitada, para luego provocar aversión y odio visceral a los videojuegos (se dice que incluso algunos de los jugadores se convirtieron a posteriori en encendidos activistas anti-videojuegos). A veces, según los relatos de la época, la máquina concedía créditos aleatoriamente para incitar a los clientes, y así conseguir captar a nuevos jugadores.
También se habla de que algunos "señores", que curiosamente parecían pertenecer al gobierno, aparecían después en los salones para entrevistar a los encargados de los lugares y apuntar los resultados en libretas. A las máquinas se les pierde el rastro rápidamente, aunque queda una imagen, supuestamente de la época, por la que podemos hacernos una idea de cómo era.
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